Su amistad con Steve Shelley (Sonic Youth), así como su colaboración con Nacho Vegas, han sentado bien en el sonido de Christina Rosenvinge. En este concierto aunque las guitarras son predominantes, nos encontramos con el lado más comercial de Rosenvinge. Lleva con ella a los músicos de tulsa, un buen grupo el que le acompaña para hacer sus conciertos redondos. La susurrante Rosenvinge llega a la gente de manera directa en la recreación de los sentimientos de manera cruda, lo que gusta a sus seguidores.
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